Por Hugo Ruano
“todos somos Babi” (podemos ser, estar en su lugar).
Estamos en peligro.
Hay un otro que nos amenaza, nos pone en riesgo.
A nosotros y nuestros bienes bien habidos.
O sea: es violento.
Vive en la villa.
O sea: es delincuente.
Tan distinto de nosotros, tan peligroso.
Tan otro que profesa una extraña y frenética devoción a un tal San la Muerte. En cambio nosotros…
Ellos contra nosotros
Ellos o nosotros.
Nosotros, que adoramos la vida, exigimos que se los escarmiente, que alguien haga algo, cualquier cosa, no importa.
Que rodeen sus villas con mil muros, los recluyan, los aíslen, aunque sea que los tapen.
Que no vayan a la escuela de mis hijos
Que no se atiendan en nuestro hospital.
Que haya más policía y que de uno u otro modo –la policía sí que sabe hacerlo, si la dejan-, se los extermine de una buena vez. Entretanto, uno de nosotros se arrebata -ingeniero o no ingeniero- y es ungido Justiciero, por un pasacassette.
En defensa propia, eso sí.
* * * *
Atenti: resulta material de lectura imprescindible este post de La Cantora y esta nota de Patán
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