domingo, 22 de noviembre de 2009

CASTIÑEIRA DE DIOS: “Ahora es como si los medios hicieran “el anti diario de Yrigoyen”.

José Luis Castiñeira de Dios conversó con Vaca Cubana sobre su trabajo en los diarios La Opinión y Noticias, en la década del ’70, el exilio, el regreso, y la actualidad de los medios en nuestro país. Y sobre sus experiencias como hombre de la cultura popular y realizador musical.

Más abajo la transcripción de la nota. El audio completo puede escucharse desde acá:

 

El Periodismo

Vaca Cubana: Castiñeira usted ha trabajado intensamente en la actividad periodística…

Castiñeira de Dios: Hace muchos años tuve una intensa actividad periodística, cuando empecé profesionalmente; después, la música, que ha sido la actividad central en mi vida, se fue llevando todo a su paso. Pero siempre he seguido con mucha pasión todo el mundo de la comunicación social, del periodismo escrito sobre todo.

Los escucho a menudo y me hacen reír bastante con la acidez de sus comentarios y las reflexiones que nos tocan vivir en este mundo periodístico argentino.

A mi me tocó participar de dos experiencias centrales, creo yo, del periodismo argentino, que fueron el diario La Opinión -la primera Opinión-, y luego el diario Noticias de la Juventud Peronista – Montoneros. En La Opinión era muy jovencito pero me colé en el suplemento cultural que dirigían Juan Gelman y Paco Urondo…

 

VC: semejante experiencia debe haberlo marcado de por vida, no?

CD: Absolutamente. Absolutamente, porque el mismo Juan (Gelman) tuvo una actitud pedagógica conmigo, que yo no sé si hoy se repetirá en otros campos, porque él mismo me corregía las notas con un lápiz rojo, y me las volvía a hacer reescribir muchas veces hasta que me aproximaba a lo que tenía que ser.

Esa redacción de la primera Opinión de Jacobo Timerman fue una redacción increíble; tenía como modelo el diario Le Monde, un diario sin fotos, sólo de texto, que quería justamente formar opinión, y tenía muchas de las mejores plumas de la época, entre las cuales, para darles una idea, Kive Staiff hacía Teatro, (Rodolfo) Terragno hacía Internacionales, Horacio Verbitsky era el secretario de redacción, Osvaldo Soriano hacía Deportes –fútbol-. Y esa redacción era un hervidero de ideas, de novedades, innovación y análisis sobre la realidad argentina.

Fue de los primeros diarios que en esa época denunció las torturas, las conspiraciones… y después tanto denunció Timerman que llegó a pagar con su propia libertad… más allá de que él especulaba con eso. No deba creerse que era un idealista en los términos que nosotros lo concebimos, pero sí tenía una idea muy particular del rol de la prensa. Desde su perspectiva, la prensa se situaba como una palanca de fuerza entre los intereses de la sociedad y del Estado, y por lo tanto se convertía en un actor político más; pero de manera manifiesta, porque el mismo Timerman hacía todos los días la elección de la línea editorial e iba acompañando -y a veces anticipando- los hechos políticos de la Argentina.

Y la segunda experiencia importante en la que participé en esa época fue el diario Noticias que sacó la Jotapé – Montoneros.  Noticias estaba dirigido por Miguel Bonasso, con Horacio Verbitsky nuevamente y mucha de la gente de La Opinión que se había ido en distintas razzias en los años siguientes. Estaba también Rodolfo Walsh; a Rodolfo lo conozco desde entonces; fue un gran amigo y colaboré con él casi hasta el final.

 

Luego de esos dos diarios, después vino la gran noche; A mí me tocó irme, estuve fuera de la Argentina a partir del ‘77, la Argentina de los años siguientes la viví a la distancia. Mi amigo Carlos Aznares llegó al apasionamiento tal de sacar desde España una revista, una especie de boletín que se llamaba Resumen Latinoamericano, que ha continuado hasta el día de hoy, hecho de noticias de agencias, como una especie de agencia de agencias, y con eso nos íbamos ubicando de las cosas que pasaban en la Argentina.

Porque lo que siempre sucede cuando uno está afuera, en mi caso en Francia, es que no había informaciones sobre lo que pasaba en nuestro país. A la pregunta que habitualmente se le hace al viajero, sobre “qué piensan en Francia sobre los argentinos”… en realidad no piensan prácticamente nada, porque no está dentro de la órbita de sus intereses. Sólo muy episódicamente hay alguna noticia.

El problema de la presencia de la información sobre la vida argentina sólo se saldó en aquellos países donde la emigración argentina fue muy fuerte, como el caso de México o España, donde muchos de los periodistas emigrados terminaron trabajando para los medios locales. Y ahí sí, como es el caso de El País en España, se convirtió en un eco de muchas de las cosas que pasaban en la Argentina. 

 

VC: Esta preocupación acerca de la imagen argentina en el mundo, tan propia de la clase media, del medio pelo, para ponerlo en términos de Jauretche, de cuyo natalicio se está cumpliendo un nuevo aniversario.

CD: El caso de Anatolle France es muy gracioso; cuando el vino acá, para el primer centenario en 1910, lo traen para dar unas conferencias. Pero cae al mismo tiempo que Blasco Ibáñez, que era un gran conferencista, aparte de ser un conocido escritor, y además daba las conferencias en español. Entonces el que trajo a Anatolle France se dio cuenta que tenía “un problema de mercado”, y vio que no había tanta gente que compraba entrada para escuchar su conferencia, que era sobre Cornelli, y el teatro francés.

Entonces el empresario de acá le pide que cambie el tema de la conferencia, por otro más atractivo. Y Anatolle France le responde, qué le puede interesar a los argentinos que yo hable… de ellos, de ellos mismos!

Volví a la Argentina a comienzos de los ’90, después de estar más de doce años en Francia. En el plano de la información fue un choque importante. Francia -que tiene tantos defectos que yo como todo inmigrante podría señalar- tiene una enorme virtud, que es la gran cantidad de ideas que circulan a través de la prensa y los medios, no sólo la escrita sino también en la televisión y la radio. Es una especie de caja de resonancia de todas las ideas originales que ocurren en el mundo; y eso provoca una especie entrenamiento generalizado de la población, que está atenta a ver, que va siguiendo alguna de la última ideas, las últimas tesis, se compran y se venden libros, se polemiza en torno a eso.

Al volver acá me encontré una prensa sumamente achatada, desinteresada de lo internacional, absolutamente localista y “provincial”, no lo digo peyorativamente hacia nuestras provincias, sino por su muy poco vuelo con respecto a la originalidad.

Y con un sector que representaba la “experiencia Página/12”, que era como absolutamente cerrado, que representaba los intereses de un grupúsculo de la sociedad y pero de ninguna manera la multiplicad de pensamientos que hay en un país tan grande como este. Era un pensamiento bien porteñista, bien ubicado acá y bien mirando hacia adentro. Creo que esto no ha mejorado en estos veinte años que siguieron desde entonces. 

El único espacio donde se respira mayor libertad es la radio, que es donde hay mayor creatividad y circulación de ideas. La televisión por supuesto que es un lugar vedado apara ese tipo de iniciativas. Y la aparición del canal Encuentro tampoco llega a resolver este problema, porque en definitiva cumple una misión impulsada desde el ministerio de Educación. O sea, una cosa es la educación y otra es la cultura. Son dos dimensiones diferentes de las prácticas sociales. El mundo de la cultura encuentra muy pocos espacios de reflexión, y la radio es uno de ellos.

La radio de las Madres -y los antecedentes que tuvieron que ver con ella- son los únicos espacios donde ha habido una dinámica más fuerte, más convincente sobre estos intereses, que no son de ocasión, sino que tiene que ver con cómo se organiza la vida de un país. En torno de las polémicas sobre valores, en la discusión sobre ideologías, todo ese tipo de cosas.

 

VC: ¿Qué piensa de la posición de la prensa respecto de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?

CD: Ahora es al revés, ahora es como si hicieran “el anti diario de Yrigoyen”. La distorsión que existe sobre la realidad es algo impresionante. El otro día por ejemplo estaba la presidenta en Chile firmando con Bachelet convenios para la apertura de dos túneles trasandinos por un valor de 600 millones de dólares, y se estaban abrazando ambas presidentas. En La Nación salió en la primera página una foto catástrofe de los piqueteros abajo del ministerio de Desarrollo Social; y esta noticia salía con una pequeña fotito en la página 4, abajo. Entonces, más allá de que a uno le guste o no, aquello es un hecho trascendente, que va a cambiar la historia de nuestros países en algún aspecto. Lo otro es algo circunstancial, que antes se llamaba vida cotidiana.

 

VC: Referido a estos anuncios de los túneles trasandinos, Susana Giménez opinó que era algo innecesario, que había otras prioridades. Lo que motivó el repudio de la Legislatura de Mendoza, con acuerdo entre las bancadas del radicalismo y el justicialismo… (ver acá)

CD: Estas obras son algo importantísimo. Nos tuvimos que tragar durante años la foto de la máquina de los dos grupos que avanzaban sobre el canal de la Mancha para hacer ese túnel, porque era hecho histórico comunicar el continente y la isla. Y para nosotros es un hecho histórico una iniciativa así, por todo lo que significa como posibilidad de integración latinoamericana, tan cacareada, pero poco concretada. Es algo que tiene una escala enorme. Bueno, eso salió en página 4 atrás, al fondo y abajo.

Ahora los diarios son un espejo deformante como el de los parque de diversiones. Ni siquiera leyendo entre líneas uno alcanza a ver la realidad, que creo que hay que buscarla por otros lados, porque lo que hay ya no es sólo tesis, sino una especie de técnica de ocultismo como si fuera esas ferias en las que se hacen sombras chinescas para que no se vea la realidad.

 

La música y el cine

VC: Cómo se articula la actividad periodística con la creatividad artística, su actividad musical.

CD: En esa época yo navegaba a dos aguas con mucha pasión. Pero siempre el periodismo lo miré como una forma de participación política en la vida de una sociedad, como tanta gente y los chicos de hoy también lo miran así. Entonces me parecía que hacer periodismo y más aquella época y en esas circunstancias era una forma de militancia; a punto tal que yo desde el punto de encuadramiento, nunca participé militantemente con los artistas, la gente de la cultura, sino con el gremio del periodismo, donde llegué a ser delegado, hasta que tuve dejar de serlo porque me tuve que ir. Pero justamente, entonces miré las cosas desde este punto de vista; creo que hoy en día, que hay tanto apasionamiento en una generación, lo que están demostrando es que lo quieren es participar en la política de la sociedad, porque los canales ordinaria de la política están cerrados, están tapados.

 

VC: Usted desde su oficio de antropólogo trabajó con Jorge Prelorán, Leda Valladares; cuando nos hablaba de la diversidad cultural de nuestro país, entiendo que lo hace desde el conocimiento profundo de la cultura de nuestro país.

CD: Absolutamente. Siempre tuve tanto interés en las diversas expresiones de la cultura popular de nuestro país como las de nuestro continente. Y toda mi tarea musical pasó por esa inquietud hasta el día de hoy. Yo sigo apasionado por el mundo de la música americana y la música argentina. Esas figuras tan extraordinarias que me tocó conocer y acompañar en distintos proyectos, como Jorge Prelorán, gran documentalista a quien conocí a través de Leda Valladares. Y mi misma llegada a la composición para el cine, que ha ocupado una parte de mi vida profesional durante todos estos años, justamente vino por ese lado; porque después de haber hecho esos trabajos una de las primeras películas que me tocó hacer fue La muerte de Sebastián Arache, una película del realizador riojano –ya fallecido- Nicolás Sarquís, sobre una novela de Saer, que ocurría en La Rioja, en un medio rural. Es una constante que a final de cuentas, cuando uno mira para atrás, muchas de las películas para las cuales fui convocado tenían que ver con el tema de la cultura popular, sus distintas manifestaciones de la Argentina. O con la historia política de estos años. Así fue como fui a parar a La noche de los lápices , El exilio de gardel o Eva Perón.

 

VC: Por último, nos gustaría que nos cuente algo de la experiencia de Anacrusa…

CD: Anacrusa ha sido el gran proyecto de mi vida, que comencé en los años ’70, con más de diez discos, muchos años de Europa, venidas a la Argentina a las escondidas, y después una continuidad en el proyecto artístico. Ahora hace como un año que no se hace nada, espero poder volver a hacer algo, por lo menos sacar un disco.

 

VC: Le agradecemos mucho la deliciosa conversación y el tiempo que nos ha brindado. Le mandamos un abrazo grande.

CD: Muchas gracias, aunque soy un ferviente escucha de la audición, así que gracias por esta oportunidad de charlas con ustedes…


Emitida el sábado 14/11/09

Foto: www.cultura.gov.ar

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