jueves, 22 de abril de 2010

Tu pasado te condena (parte 1)


Por Aníbal Barcelona

“¿Los periodistas somos meros mercenarios a sueldo, dispuestos a describir el improbable sol de la noche solo por un salario?¿Las empresas periodísticas son demonios sueltos entre gente incauta, que defienden nada más que intereses corrompidos?” Se pregunta Morales Sola en una nota del diario La Nación del 24 de marzo de 2010 titulada La prensa, a merced del rumor y el agravio.

En esta nota donde resalta las críticas de la SIP. al gobierno. Como si esta Central Americana… perdón Secretaría Interamericana de Prensa, gozara de alguna confianza, luego de mostrar durante tantos años que para ellos los únicos enemigos son Cuba, Chávez y todos aquellos gobiernos que reivindiquen al pueblo. Nunca una crítica a los gobiernos ni a la prensa títere de Colombia y México. Allí para la SIP las cosas funcionan a las mil maravillas.

Luego habla de la independencia económica que debe gozar un medio para ser independiente del gobierno. “Cuanto más rentable sea una empresa periodística más independientes serán sus medios”. Lógica liberal de resultados nunca comprobados. Porque si algo demuestran estos medios privados junto a las empresas que publicitan es el alto poder corporativo, que atentan contra la calidad de vida de los trabajadores, degenerando en sociedades más injustas y desiguales y con un falseamiento de la realidad en función de esos intereses corporativos (apege- aea).

A renglón seguido critica a los programas oficialistas en la TV. Se pregunta si esto está mal y responde que no, pero con la salvedad: “Hay una condición, que se dediquen a ejercer el legítimo derecho de defender a un gobierno, aún cuando el verdadero periodismo pierde su razón de existir si no es crítico”

Entonces a uno le viene a la memoria y se ayuda de muy buenos trabajos como “Un hombre es también lo que olvida” escrita por Alejandra Correa en la revista Puentes nº 9 del año 2002 y ve, las prácticas de oficialismo llevada adelante por Morales Solá durante la dictadura y siguiendo sus palabras, uno podría afirmar que Joaquín nunca ejerció el “verdadero periodismo”?. Remitámonos a las fuentes:

Clarín: “ la lucha contra la subversión repartió los méritos en el cuadro castrense. Un general al mando de una brigada en un frente de lucha contra el extremismo ideológico tiene la misma importancia en el proceso que el que está conduciendo un ministerio( ) entendiendo que la lucha contra el extremismo no es solamente militar se estima en círculos oficiales que debe impedirse al extremismo la captación de bases gremiales( )” (29/8/76).

“ ( ) Esta es la respuesta política que los militares consideran como la única arma válida para extirpar el germen de la subversión del espacio argentino más allá de los triunfos militares (considerable y consecutivo) de los últimos tiempos” (12/9/76).

“ ( ) Muerto Roberto Mario Santucho, el jefe guerrillero más importante del país y sometida su organización a la sangría humana y material, quedaba en pie el nucleamiento sedicioso que se preciaba de contar con más posibilidades financieras y combativas(…). La lucha antisubversiva, la política laboral del gobierno, las relaciones con la iglesia, supone un cuadro diferente que no obstante, mantiene con pesos y contrapesos el nivel de la balanza(…). Queda la posibilidad de un desfiladero para ir reconstruyendo la instancia revolucionaria prometida por los militares. La instancia de que la Argentina no puede prescindir (3/10/76).

Hay mucho pero como muestra vale este botón. Cuando recuerda aquellos tiempos sugiere hacer desde el periodismo una autocrítica, pero separando las responsabilidades entre un jefe del ejército que secuestró, torturó y mató y un periodista.

Por supuesto que el nivel de responsabilidades es distinto, pero también decimos que la dictadura no hubiera sido posible sin toda esa larga cadena de complicidades que comienza con el poder económico y continúa con la justicia, la iglesia y también el periodismo. Fundamentalmente aquel que hizo grandes negocios corporativos con la dictadura a espaldas y con la sangre del pueblo. Entre ese periodismo cómplice estuvo la empresa que durante muchos años Morales Solá fue un buen alumno del lenguaje castrense.

La semana que viene la parte 2.



Foto: La Gaceta, 8 de junio de 1976, página 5

Morales Solá aparece entre un grupo de periodistas agasajados por el entonces general y gobernador Bussi. Les estaba agradeciendo en el Día del Periodista “toda la colaboración que nos vienen brindando” y los exhortó “a que continúen prestando el mismo apoyo”.

http://www.elargentino.com/nota-78699-medios-123-El-hombre-que-nunca-conocio-al-general-Bussi.html


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